jueves, 17 de noviembre de 2016

...pero que influyen, influyen (publicado el 15/11/16 en veintitres.com.ar)

El triunfo de Trump, pese al apoyo explícito de, prácticamente, todos los medios estadounidenses, volvió a exponer en la opinión pública el eterno debate acerca de la influencia de los medios. Curiosamente, cada vez que un resultado electoral contradice el interés de las corporaciones mediáticas, los periodistas del establishment no critican la pornográfica militancia de pares y empleadores en favor de uno de los candidatos sino que aprovechan para instalar que “los medios no influyen”. Al afirmar esto confunden, por ignorancia o por malignidad, la posibilidad de influir con el hecho de determinar completamente una acción a pesar de que hace décadas que se encuentra saldada esta discusión y que nadie con un mínimo de comprensión en materia de comunicación puede afirmar que la línea editorial de un medio logra transformar a su audiencia en un conjunto de zombies autómatas. Con todo, y para acercar algunos datos que puedan brindar apoyo a futuras conclusiones, quisiera aportar a la discusión algunos de los elementos que Pablo Boczkowski y Eugenia Mitchelstein expusieron en un libro titulado La brecha de las noticias. Se trata de los datos que obtuvieron en una investigación realizada en veinte de los más importantes sitios de noticias online, de tres regiones del mundo diferentes. La pregunta que da inicio a la investigación es si existe una correspondencia entre aquello que los periodistas y los lectores consideran importante.  Se trata de otra eterna discusión, propia de cualquier redacción y de cualquier ámbito donde se enseñe periodismo. Me refiero a la discusión sobre qué privilegiar: ¿hay que darle prioridad a lo objetivamente importante, (si es que esto se pudiera determinar de manera incontrovertible) o a lo que le interesa a la gente (lo cual, aparentemente, no siempre coincide con lo objetivamente importante)?
Según estos investigadores, de aquí también el título del libro, existe una brecha entre aquello que los periodistas consideran importante y la noticia a la que el lector le da prioridad. En otras palabras, los lectores prefieren los policiales, el espectáculo, los deportes, las noticias sobre ocio y hasta el estado del tiempo, antes que los artículos sobre política, economía y temas internacionales, esto es, aquellos que se pueden englobar en la categoría de “asuntos públicos”. Más allá de que siempre existió esta presunción, los medios online permiten alcanzar con precisión cuántos lectores se inclinan por un tipo de artículo en detrimento de otro. 
En términos porcentuales, la brecha entre aquello que los periodistas consideran importante y aquellas noticias que la audiencia privilegia es de entre 9 y 30 % variando de sitio en sitio pero se achica en momentos electorales o en circunstancias en las que hay un hecho político conmocionante, como podría ser la disputa entre el gobierno de Cristina Kirchner y las patronales del campo. En este punto, cabe resaltar que, de los veinte medios analizados, aquel en el que la brecha es más chica ha sido curiosamente Clarín. Si bien podríamos hacer distintas elucubraciones acerca de por qué se da esta particularidad, lo cierto es que Clarín es el medio analizado en el que la percepción del periodista y el lector respecto a lo importante se encuentra más cercana. 
Asimismo, los investigadores notaron que la región y la ideología no producen cambios bruscos en la brecha. Es decir, en Estados Unidos, Europa o Latinoamérica, el hiato se produce en medios elitistas y populares, como así también en conservadores y progresistas. ¿Por qué sucede esto? Según los autores: “la homogeneización creciente de la educación y la gestión periodísticas, la dependencia cada vez más grande de los despachos de las agencias de noticias y el surgimiento de un entorno mediático con muchas opciones que permite a los consumidores concentrarse en los artículos que quieren y evitar el resto, pueden contribuir a la convergencia”. Efectivamente, elitistas o populares, conservadores o progresistas, los periodistas son formados en los mismos terciarios, con los mismos profesores y programas; por otra parte, la pauperización de las condiciones laborales de la prensa explican que los medios sean repetidores de noticias. Los más grandes repiten las noticias de las agencias y los más chicos repiten las noticias de los más grandes. La consecuencia es la homogeneidad del contenido, como mínimo, a nivel continental. Por citar solo un ejemplo, una nota fuertemente sesgada que no lleva firma y que proviene de una agencia de noticias, fue reproducida por Clarín bajo el título: “Crisis en Venezuela: bebés en cajas de cartón por falta de cunas”. Aunque resulte sorprendente la misma noticia fue publicada con títulos más o menos similares en www.nuevodiarioweb.com.ar, www.publimetro.cl, www.informadorchile.com, www.news.google.com.ve, www.eldeber.com.bo, www.bonews.org, www.debate.com.mx, elmanana.com.mx, por citar solo algunos sitios web.
El estudio, además, echa por tierra con uno de los latiguillos más repetidos en los últimos años: la importancia de los blogs y los contenidos realizados por los usuarios al momento de disputar agenda. Del total de los sitios visitados, los blogs representan el 4% de las elecciones de los periodistas y el 3% de los consumidores; a su vez, los contenidos generados por usuarios, representan el 1% de las consultas de periodistas y el 0,26% de los consumidores.
De los datos aquí expuestos, los autores señalan, quizás algo deprisa, que la brecha en las noticias muestra que los medios online, al menos, tienen limitaciones en la imposición de agenda pues, evidentemente, aquello que consideran importante no parece serlo para la totalidad de los lectores. Considero que es apresurado pues a pesar de que, como indicamos al principio, coincidimos en que influir no es lo mismo que determinar completamente, que las audiencias no consuman siempre aquello que los periodistas consideran importante no implica que las audiencias consideren que esas noticias no sean “lo importante”. En todo caso, podemos estar frente a consumidores que reconocen que los asuntos públicos son de relevancia pero que, sin embargo, eligen noticias de deportes o espectáculos porque les resultan más entretenidas. De hecho, es probable que la nota número cincuenta dedicada a José López sea menos interesante que la nota donde se puede ver el gol agónico de Boca y eso no hace al gol de Boca algo más importante objetivamente en la percepción de la audiencia. Asimismo, el estudio no parece tomar en cuenta la problemática de la concentración mediática en cuanto la brecha en algún medio en particular puede ser alta pero, si un grupo económico posee centenares de medios, es probable que un análisis global de las audiencias de esos medios arroje una brecha infinitamente menor. Por otra parte, algo que sí notan los autores, la brecha puede deberse a que “los medios parecen hablarse a sí mismos y a las elites políticas y económicas, y no a su amplia base de consumidores”. Esto se observa cada vez más: ¿o acaso creés que los editoriales de algunos de los columnistas de La Nación están dirigidos a su audiencia? No. Son mensajes dirigidos a ciertas elites, como también sucede muchas veces con algunos de los editorialistas de un diario ideológicamente distinto como Página 12 cuya tirada es pequeña en relación a la carga simbólica que alguna de sus plumas puede tener en el mundillo de los propios medios y de ciertos espacios progresistas.      
Para finalizar, la brecha muestra que periodistas y lectores no acuerdan estrictamente sobre qué noticia privilegiar pero también indica que ese acuerdo se da la mayoría de las veces aun cuando la brecha sea grande. No parece, por cierto, una conclusión para menospreciar.  
  

3 comentarios:

martin flaco dijo...

Coincido en que los medios de comunicación son influyentes pero no determinantes , en terminos electorales .
Tambien coincido que cuando es derrotado el candidados de la gran mayoría de los medios , esto se ll utiliza como prueba para "demostrar" de que no son imfluyentes.
Una última acotación , me sorprendío los datos que citaste , entre la relación lectores- prensa que no suele ser coincidente en relacion a la importancia de la misma...
Me acostumbraste a los excelentes artículos.
Aprovecho para agradecerte , la humildad que tenés para contestar los comentarios ...
Mi admiración de siempre,
Abrazo y exitos

Dante Augusto Palma dijo...

Gracias a vos, Martín, por leerme siempre y ser generoso en la crítica. Abrazo!!

Anónimo dijo...

Hola.
Te escribe Carlos López, un placer saludarte.

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