viernes, 15 de noviembre de 2013

Una voz detrás de las dos voces (publicado el 14/11/13 en Veintitrés)


En el año 2003, Maxwell Boykoff y Jules Boykoff publicaron el resultado de una investigación que, desde mi punto de vista, permite profundizar los análisis sobre medios de comunicación tan necesarios en la Argentina de hoy. Lo que hicieron estos investigadores fue analizar 636 artículos vinculados a la problemática medioambiental publicados entre 1988 y 2002 en los principales diarios estadounidenses (New York Times, Washington Post, Los Angeles Times y Wall Street Journal). Tal trabajo fue motivado por una pregunta inicial: ¿por qué existe una tensión tan grande entre la opinión de la comunidad científica y la opinión del ciudadano medio respecto a este tema? Pero para que pueda comprenderse mejor este interrogante es necesario dar dos informaciones complementarias. En primer lugar: comenzar en 1988 no es una fecha arbitraria pues se trata del año en que por primera vez un científico de la NASA, en el mismísimo Congreso de Estados Unidos, indicó que el cambio climático obedecía a la acción del Hombre y que, de no haber una acción inmediata, el daño sería irreversible. En ese mismo año, la Primer Ministro británica Margaret Thatcher también advirtió sobre el riesgo por el que atravesaría el planeta si se continuaba con esta espiral de contaminación. Estos dos casos, naturalmente, hicieron que la cuestión medioambiental comenzar a ganar un espacio en los medios de comunicación que antes no existía. Pero, en segundo lugar, el ejemplo del tratamiento de la agenda, llamemos, “ecologista”, es un caso interesante porque allí se da un fenómeno no muy frecuente que los autores se encargan de documentar, pues el enorme consenso existente en la comunidad científica acerca del modo en que la acción del Hombre está afectando el futuro del planeta contrasta con el escepticismo que, en esta materia, expresa la opinión pública.

 Dado que generalmente el ciudadano común toma conocimiento de los avances científicos gracias a los medios, es natural sospechar que la disociación entre el punto de vista de la comunidad científica y la mirada de la opinión pública puede estar originada en los modos en que las noticias se expresan. Y un indicio de esto puede aparecer si respondemos por qué los medios de comunicación (en este caso, los medios gráficos) mayoritariamente otorgan el mismo espacio a la palabra de un científico que a la palabra de algún referente de otra área que pone en tela de juicio la visión de la comunidad científica. Lo diré de otra manera: si está probado que es el Hombre el que atenta contra el planeta y por “probado” entiendo la opinión casi unánime de la comunidad científica al respecto, ¿tiene sentido que un diario ponga en igualdad de condiciones como parte de un debate entre “pares”, o entre posiciones igualmente legítimas, la mirada de un científico y la mirada escéptica que, por ejemplo, sostuvieron referentes del partido republicano o líderes religiosos? En este punto es probable que todos acudamos a una teoría conspirativa por la cual podríamos decir que poner en pie de igualdad ambas posiciones obedece a que existen sectores de la dirigencia estadounidense cómplices de las principales industrias contaminantes que, a su vez, tienen intereses comunes con los principales medios de comunicación. Los investigadores entienden que algo de eso hay pero van más allá y es ahí donde la hipótesis me resulta interesante pues lo que ellos afirman es que lo que iguala dos posiciones cuya base de sustentación es claramente distinta, es lo que podría traducirse como “norma del equilibrio”, esto es, una serie de principios inherentes al periodismo más allá de su línea editorial. La norma del equilibrio exigida a todo buen periodista presupone que la manera correcta de informar a la población es presentando siempre las dos miradas (antagónicas) que existen sobre una temática. Así, cualquiera que haya estado dentro de un medio sabrá que cuando un referente público dice “A” se hace preciso buscar algún referente público que diga “No A”. Gracias a esta lógica es que puede comprenderse que de los 636 artículos analizados por los investigadores el 78% presentaran los dos puntos de vista como si tuvieran la misma legitimidad y la misma jerarquía.

Si salimos de esta investigación puntual y pensamos en medios audiovisuales, especialmente la TV, la escenificación en formato polemista es harto frecuente no sólo en programas políticos. Y sobre esta base es que pueden hacerse varias preguntas. La primera es si sobre todos los temas sólo puede haber dos posiciones. ¿No podría haber tres, cinco o mil posiciones distintas? ¿De dónde surge esta excitación binaria que imponen los medios? Por otra parte, ¿esta perspectiva promueve el debate público o más bien lo restringe? Pensemos en un ejemplo: ¿por qué cuando hablamos de drogas los únicos interlocutores válidos son un periodista que dirige una publicación dedicada a promover las bondades del consumo de marihuana y un abogado que establece una cruzada con rasgos profundamente autoritarios contra la despenalización? ¿Por qué cuando hablamos de aborto llevamos a una feminista recalcitrante a enfrentar a una mujer que en cualquier momento asume haber quedado embarazada por obra del espíritu santo? ¿Acaso es porque en ambas situaciones se presentan posiciones que gozan de una misma legitimidad o, al menos, representatividad? No, lo que importa es que aparezcan las dos miradas antagónicas aun cuando pudiera darse que una de ellas sea defendida por una amplia mayoría y goce de todo el sustento científico. Esta lógica mediática es la que explica, también, que en el plano político se le dé un espacio desmesurado a determinados sujetos cuyo mérito, antes que sustentarse en las urnas o en una propuesta constructiva y coherente, se caracteriza por una compulsión a la radicalización y a la crítica hiperbólica.

En esta línea, y ya que hablamos de programas políticos, creo que la investigación realizada por los Boykoff debió ir un paso más allá, pues lo que ellos denominan “norma del equilibrio” supone una mirada acerca del rol del periodismo que los propios medios han constituido. Porque no estamos teniendo en cuenta que cuando en un estudio de televisión se establece un debate entre dos posiciones radicalmente opuestas, lo que se quiere mostrar, subrepticia y sigilosamente, es que la posición correcta se da en el justo punto medio entre esas dos miradas. Y en ese justo punto medio el que está es el periodista, esto es, el “equilibrado”, el que encuentra “lo bueno de cada una de las posiciones” y “critica lo malo” de estas miradas extremas. Se establece así una valoración de los puntos medios, del centro versus los extremos, y la representación de ese centro donde yace la verdad es el periodista. Esta construcción está fuertemente internalizada más allá de que ha habido un cambio cultural importante en los últimos años que ha puesto en tela de juicio las bondades de pertenecer al “centro”, o, si se quiere, que ha denunciado que “el centro” no es una mirada equilibrada entre dos extremos, sino una posición que intenta autolegitimarse desde la pretendida asepsia de la neutralidad y la objetividad. Por todo esto es que hay que desconfiar de aquellos periodistas que se vanaglorian de dar lugar a todo el arco de opiniones mientras presentan un esquema en el que hay sólo dos voces. Tal desconfianza debe servir para agudizar los sentidos y notar que detrás de las supuestas dos únicas voces, está la voz del periodista que, sin decir nada y con apenas la escenificación de una polémica entre contrarios, emerge como el receptáculo de una única verdad a pesar de no ser otra cosa que, simplemente, una voz más.           

                    

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno. Sería interesante ver que soluciones "salomónicas" propone o sugiere el presentador

Unknown dijo...

Tenia miedo leerlo pro penzar que no enteria ,pero me resulta muy ameno y facil de entender ,por eso comprare el libro ,con radio nacional y con vos aprendo mucho ,luego de mi ACV ME COSTABA MUCHO HOY ESTOY MUCHO MEJOR ....UN ABRAZO DE ABUELA .....ESTHER QUINTANA

Unknown dijo...

soy admiradora de DANTE PALMA y no entiendo mucho la compu es mi amigo del face ....con el nombre de ESTHER QUINANA